No sólo una cuestión de estética
Constituyen el principal problema estético de la mujer de mediana edad y a veces, también de la joven. Ellas son la manifestación externa de alteraciones en el aparato circulatorio producidas por múltiples factores entre los que tenemos:
- Hereditario, en estos casos la manifestación de los síntomas aparecen a una edad muy precoz.
- Permanencia por largos períodos de tiempo en una misma posición bien sea de pie o sentada, que obligan al aparato circulatorio a hacer un sobreesfuerzo para conseguir que la sangre vuelva al corazón venciendo la fuerza de la gravedad.
- Sobrepeso.
- Uso de prendas de vestir apretadas y de zapatos de tacones altos, que dificultan el retorno venoso de las extremidades inferiores.
- Hormonas femeninas que provocan una debilidad de la pared venosa que puede inducir a una mayor dilatación de la misma.
- Embarazo, debido al aumento hormonal y al efecto mecánico de presión del útero sobre las grandes venas, que enlentecen el retorno venoso de las piernas al corazón.
- Anticonceptivos orales, o aquéllos preparados hormonales indicados para evitar la sintomatología propia de la menopausia.
¿Cómo tratarlas?
Lo fundamental es hacer una indicación terapéutica adecuada en función de los parámetros tales como la edad, el grado evolutivo de las várices, su localización, los factores hormonales o de riesgo. Existen varias herramientas para el tratamiento entre las que tenemos microcirugía, láser y la esclerosis química constituyendo esta última la principal herramienta, cuya efectividad se ha incrementado debido a la evolución de los líquidos esclerosantes que cada vez son más inocuos y efectivos.
Lo importante a la hora de tratar sus várices es que se ponga en manos profesionales con experiencia para lograr los mejores resultados.