El Acné Vulgar o Juvenil

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Una cara limpia y suave es más fácil de lo que piensas


Es uno de los motivos de consulta más frecuentes que se presenta a nivel mundial en todos los niveles socioeconómicos y grupos étnicos. Es una enfermedad multifactorial y como actor principal tenemos a la unidad pilosebácea. 

Clínicamente se caracteriza por afectar la zona "T" (frente y nariz), mentón, mejillas, parte superior del pecho y espalda. Morfológicamente la lesión principal es el comedón abierto (comedón de cabeza negra) o cerrado (comedón de cabeza blanca) que al estirar la piel se ve como un “empedrado”. También se puede observar pápulas, pústulas, quistes o nódulos y cicatrices.

Dentro de los factores involucrados en su producción tenemos:

  1. Factores Genéticos

  2. Factores Hormonales: los andrógenos (testosterona, dihidroepiandrosterona y dehidrotestosterona) estimulan la producción de grasa a nivel de la glándula sebácea.

  3. Factores infecciosos: el acné no es una enfermedad infecciosa, ya que más del 30% de las pústulas son asépticas. Sin embargo, el Propionibacterium acnés es la bacteria más involucrada en esta patología, se encuentra en grandes cantidades en el folículo piloso y aumenta en la pubertad al igual que la producción de sebo, por lo que en ciertos casos se hace necesario el uso de antibióticos vía oral o tópicos.

  4. Aumento en la producción de sebo: a nivel de la unidad pilosebácea la cual está formada por una glándula sebácea y un folículo piloso.

  5. Queratinización anormal del folículo pilosebáceo: existe un aumento en la proliferación de las células de la pared del conducto pilosebáceo, lo que es responsable de la acumulación de una masa que al permanecer dentro del conducto lo dilata dando origen a la lesión básica del acné que es el comedón.

  6. Inflamación: las lesiones inflamatorias (pápulas, nódulos, quistes inflamados o pústulas) se pueden producir en cualquier fase del acné. Los involucrados en su formación son el P. acnés, el comedón y el contenido del mismo.

El tratamiento está orientado a mejorar y evitar los factores involucrados en su aparición por lo que es importante dividir el tratamiento en:

  • Tratamiento Domiciliario: se recomienda el lavado de la cara 2-3 veces al día con geles de acción queratolítica, el uso de protector solar adecuado al tipo de cutis, tónicos controladores de la producción de grasa, uso de productos específicos para controlar la queratinización anormal de la piel y el uso de antibióticos tópicos o vía oral según el caso.

  • Tratamiento en el consultorio: mediante limpiezas dermatológicas y aplicaciones de peeling especiales para el acné, así como la aplicación de diferentes tipos de láser.

El paciente debe ser constante en el tratamiento y la duración del mismo va desde 3 a 6 meses con excelentes resultados.